La Casa Walsingham, actualmente conocida por ser una fundación llamada "Fundación ¡Vivan los niños! está ubicada en el barrio Prado en la esquina de Balboa con Belalcázar y hace parte de uno los bienes de interés cultural de este lugar.
Es una de las residencias patrimoniales que se están transformando en un centro cultural y gastronómico, planeado para reabrir como alojamiento con café, restaurante y terraza. Este proyecto forma parte de la revitalización del barrio Prado, declarado patrimonio arquitectónico, con el objetivo de recuperar el brillo histórico de la zona
Se encuentra en el barrio Prado Centro de Medellín y fue diseñada por el arquitecto Pedro Nel Rodríguez en los años 30. Es un proyecto de activación cultural y patrimonial en el barrio Prado Centro de Medellín, ubicado en una casa declarada bien de interés cultural. Será un espacio que combina hospedaje de estadías cortas con una oferta cultural centrada en la figura del arquitecto Pedro Nel Rodríguez, la historia del barrio y el patrimonio familiar del inmueble. El proyecto también busca integrar el diseño, las artes visuales y la gestión cultural, con la creación de una exposición permanente y una agenda cultural anual.
Es una de las primeras casas que tuvo el barrio Prado cuando se creó el proyecto de ciudad jardín que quería Enrique Olano. Esta mansión está al lado de la casa del señor Olano y muestra una fachada increíble.Era una finca que se usó como base para urbanizar el barrio Prado en 1926, un sector de Medellín conocido por su arquitectura. Algunas de las casas de este barrio, que se ha convertido en patrimonio cultural, son parte de la iniciativa de revitalización "Salón Prado", que transformará casonas históricas como la conocida como "Casa Blanca" en un espacio cultural y comercial. Este proyecto busca recuperar el brillo del barrio con nuevas dinámicas culturales y de entretenimiento.
Esta casa es considerada una de las casas más emblemáticas para la ciudad de Medellín. Su historia comienza con la burguesía antioqueña de los años treinta y perdura su esencia arquitectónica, que genera un espacio que a pesar de sus grandes problemáticas sociales, fomenta por medio del amor al centro y la magia que lo envuelve, la cultura ciudadana.